Cuando el cuerpo baila, la mente olvida

Regli Gómez

Fecha


Mi madre ha cambiado el pijama y la bata por cajones llenos de mallas de todos los colores y, sus horas interminables en casa por el entusiasmo por la vida. Emborracha de todo eso a quien pasa por su camino, así contagió a mi tía, madre de Rocío, la que plasma en imágenes esta historia.
Mi tita Conchi, como muchas, era una mujer dedicada exclusivamente al hogar y a los demás. El baile le ha ayudado a reencontrarse con quien es. Juntas han recuperado su amistad de juventud para hacerse inseparables. Tal ha sido el cambio, que su marido ha ido personalmente a darle las gracias a Ana, la verdadera protagonista de esta historia.

Ella merece ser la primera Héroe de Hoy, porque de eso va este proyecto, de sacar del armario a anónimos valientes que merecen homenajes, cuya historia es digna de ser vista y contada, en este caso, a través del objetivo de Rocío y las letras de ésta que escribe, Regli.

Volar bailando

Ana no lo cree pero, lo cierto es que es una heroína, de ésas que van por la vida a pecho descubierto y corazón latiendo a quemarropa. Porque para ella, dar clases de zumba es mucho más que eso, es su forma de ayudarse y ayudar. Así saca su capa y sale a volar acompañada de su lema, que ahora también es de todas sus alumnas: cuando el cuerpo baila, la mente olvida.
Afortunadamente, hay muchas Nieves y Conchis, que han vivido un antes y un después de Anaebic. Son, en su mayoría, amas de casa, sin reconocimiento a su labor, que pasan los días entre cuatro paredes, zapeando una tele que nada tiene que aportarles. Súmale problemas económicos, familiares y hasta de salud mental y física. Lo que viene siendo, la crudeza de la vida.
Pero llega Ana con magia, pero en vez de varita, lleva zumba. Así es como les da la oportunidad a sus alumnas de hacer desaparecer los problemas hasta dejar sus mentes en blanco para vivir y sentir el momento así, bailando.
Súmale además la humanidad de nuestra héroe, su humildad, su paciencia, su lucha y su implicación. Este brebaje bien removido les ha devuelto las literalmente las ganas de comerse la vida, pero sobre todo, se miran al espejo y se quieren, ahora sí, más que nunca.

Si has leído hasta aquí es porque el halo de Ana ha pasado por tu vida de algún modo pero ¿Sabes qué? Ella, como tú, salió de las espinas que clavan la vida gracias al baile y su historia es una historia de superación personal mires por donde la mires. Así nos la ha contado.
¿Quién es Ana?
Soy la tercera de 4 hermanos. Mi madre me apuntó desde pequeña a flamenco e hípica y siempre he estado haciendo deportes.
No terminé los estudios. Es algo que siempre me avergonzó e intenté ocultar, porque pensaba que no iba a encontrar trabajo, me sentía torpe.
Lo que no sabía Ana es que la gente torpe no existe, simplemente no tiene suficiente motivación o no es lo suyo ¿O pondrías un pez a volar? El caso es que nunca le faltó el trabajo, ni agallas. Primero yendo a limpiar casas en bicicleta para comprarse su moto, luego de jardinera para tener su coche y sacarse su título de monitora de aerobic y después, pasó por empresas múltiples hasta volver a reencontrarse con su vocación años después.
Pero, ¿Cómo te planteas hacerte monitora de aerobic?
Siempre me gustó el deporte y el flamenco lo traía en la sangre. Me apunté al gimnasio y una amiga me propuso sacarme el título al ver el entusiasmo que tenía en las clases.
El primer gimnasio donde me dieron la oportunidad fue el de Israel Amor, en los Infantes. Comencé dando clases de aerobic y mis alumn@s estaban loc@s conmigo.
¿Por qué se entusiasma tanto la gente contigo?
Por motivación. Me transmite tanto la música y lo vivo tanto, que me olvido de todo. Bailar me relaja y me libera. Entonces, lo que yo siento, lo transmito. Es lo que la gente recibe de mí, o eso creo.

¿Y por qué lo dejaste?
Nuestro trabajo no está valorado en los gimnasios de por aquí. Me pagaban 8 o 9 euros por 1 hora de clase y sin dar de alta en la Seguridad Social.
Como mínimo te exigían 5 personas en la clase y, si aparecían 4 estaba obligada a dar la clase pero sin cobrarla.
Me desanimé mucho así que hubo un momento en el que me di cuenta de que no nos valoraban en la profesión y, no sólo eso, económicamente no alcanzaba un sueldo digno para sobrevivir.
¿Entonces?
Salí de la rama del deporte en busca de un salario para poder vivir. Así que por un tiempo abandoné para hacer miles de cosas. La verdad es que nunca me faltó el trabajo.
Me quedé embarazada, me di de baja maternal y volví a 4 horas. Todo muy bien con la empresa donde estaba pero claro, comienzan otros obstáculos típicos para la mujer en una etapa crucial de la vida: la maternidad.
Tenía problemas para dejar al peque e irme a trabajar. Me superó la situación. Cogí depresión postparto y es que, fue un cambio muy brusco, pasé de sentirme libre, trabajando, de aquí para allá, a verme en casa sin ayuda y sin posibles económicos.

Está claro que sabes cómo se sienten tus alumnas actuales, porque has pasado por una situación emocional y económica difícil pero ¿Cómo te reencontraste con la profesión?
Me ofrecieron dar clases de aerobic para el AMPA del Instituto Pacheco. Era un trabajo voluntario, pero a mis alumnas les daba apuro por mí. Un día, para que no se sintieran mal se me ocurrió un “Venga, 1€ cada una por clase” y se corrió la voz, tanto que a veces llego a tener 100 personas en cada sesión.

¿Y aquí acaba todo?
Qué va. A partir de ahí creí en mí y me hice autónoma y empecé a dar clases en un espacio más grande, el Pabellón del Poli. Hacerme autónoma me dio más seguridad en mí, es lo que yo necesitaba.
100 personas son muchas personas ¿Cómo lo haces?
No lo sé. (Ana se emociona. Comienza a llorar) Recibo principalmente mucho cariño. Eso es lo que más me llena y me hace seguir para adelante, me encanta. Y es mutuo, por eso amo mi trabajo.
 100 es un número pero tú tratas con personas. Háblame de alguna alumna. La primera que se te venga a la cabeza.
No sé, todas tienen un hueco en mi corazón. Te hablo por ejemplo de Patro. Se quedó viuda hace 5 años, tuvo depresión e incluso intentó acabar con su vida.
Su cuñada la animó a venir a clases y así lo hizo, un día como otro. A día de hoy ha dejado su tratamiento para la ansiedad. (Ana se vuelve a emocionar)
Ella dice que me debe todo y que gracias a mí es feliz. Le gusta levantarse pensando que tiene que ir a sus clases y que va a olvidarse de sus penas. Ha perdido peso, se encuentra ágil, le acomplejaban sus dientes y se los ha arreglado, es otra, ha ganado en autoestima.
(Ana comienza a llorar de nuevo) Es que, te dicen cosas tan bonitas que te dices… en 35 años que tengo, nadie me ha dicho algo así. Yo también tengo necesidad de cariño y mis alumnas me lo dan todo, es lo que me empuja a luchar, y pensar, mañana vamos a hacer esto, pasado lo otro. Amo mi trabajo.

1€ la clase ¿Económicamente te compensa?
 Con todo lo que paga un autónomo, económicamente no te haces rica pero yo soy feliz tal y como estoy. Es cierto que hay rachas muy malas. En verano por ejemplo no doy clases en el Pacheco y sólo me queda El Poli con unas 30 alumnas. Pero luego llega otra vez septiembre y volvemos a recuperar. Y, francamente yo ya no lo pienso como lucro, es una satisfacción propia.
¿Tienes muchas amas de casa no?
Sí, la mayoría son amas de casa, que nunca han hecho deporte, que nunca han pensado en ellas, que sólo viven por su casa y por sus hijos y se olvidan de ellas. Entonces, por 1 euro vienen a probar y se enganchan. Ellas dicen que es como una droga…
Pero para ser una droga, algo más tienes que darles ¿No?
Qué va. Lo pasamos muy bien dentro y fuera de las clases. Hacemos también convivencias y excursiones, salimos juntas y también el cachondeo y el puntito de humor cuando acaban las clases, que nos ponemos a charlar en la puerta. De este modo no sólo es la hora de deporte, sino que se le suma otra más en la que nos relacionamos para ser una familia más.

¿Y a ti cómo te ha cambiado la vida?
Yo sinceramente no me había valorado nunca ni me sentía valorada porque no tenía estudios. En mi casa nunca me habían valorado. Me siento, puff…sentirme empresaria. Sentir y pensar que soy empresaria…soy muy luchadora y competitiva.
Si alguien lo hace bien, yo quiero superarme y hacerlo mejor y siempre voy mirando cómo lo puedo hacer a quien se copia de mi fórmula y mi estilo. No me quiero rendir nunca.

¿Te consideras una Héroe de hoy?
Sinceramente no. Veo que hay mucha gente que sí lo es y nadie lo valora ni lo ve.
¿Qué tiene que tener entonces, según tu criterio un héroe de hoy día, no de capa.
Creo que ayudar sin buscar nada a cambio.
Mujeres solidarias por ejemplo. Lo encabeza una señora que se llama Dori. Ella mujer da de comer y ayuda a mucha gente de Sanlúcar. Les busca muebles, les paga luz y agua, ayuda a extranjeros, aporta en las vacunas de los niños y un sinfín de acciones.
Está enferma y se ha operado muchas veces de cáncer pero sigue luchando, aunque a veces no se pueda levantar de la cama y nadie le de una palmadita en la espalda por su generosidad.
Pero volviendo a Héroes de hoy. Tú ayudas sin esperar nada a cambio como lo hace Dori ¿No?
Bueno, no sé, lo hago inconscientemente… lo hago también para ayudarme a mí misma, para liberarme. Y al mismo tiempo hago feliz a la gente. Entonces ¡Maravilla! Me encanta, me encanta ayudar.

Antes de acabar este texto quiero decirte algo Ana. Me gustaría que te leyeses este microhomenaje dos o tres veces y te quedases convencida de que eres una héroe.
Comunicas tanto y tan fuerte que salvas vidas, sí, SALVAS VIDAS, sin embargo te quieres y te valoras muy poco. No pasa nada por reconocer que eres una héroe de hoy. Eso te hace grande, no dejas de ser humilde por ello.
Creo que tienes una capacidad sobrehumana de liberar a las personas de las capas de cebolla que vamos creando para protegernos de los golpes de la vida. Eso es más que un don, es pasión.
¿Cuánto cuesta que la mente se pare por un rato? 1€ ¿Cuánto vale eso? Infinito, quédate con eso, y te convencerás de que eres una heroína.

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3 Comentarios

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  • Ana Sanchez ruiz
    9 julio, 2018 at 12:36 am

    Ufff impresionante, gracias a las dos.
    ❤ me ha llegado al alma.

  • Isabel Sarmiento Agudo
    12 julio, 2018 at 10:45 am

    Yo soy alumna de Ana yo buscaba haser un poco de deporte llaesta .Pero lo queno sabia quesi queiba haser deporte ese deporte mealludaria a salir demirutina .Como todas del trabajo a casa y de casa al trabajo esa era mi vida.En contre una forma maravillosa de salir de mi rutina gracias a Ana y a todas mi compañeras llaamigas porqué todas son amigas. Porto esto digo gracias a todas y en especial a mi Anita besos para todas.

  • Lali
    16 julio, 2018 at 10:19 pm

    Eres única por dentro y por fuera. Nunca de soñar, los sueños se cumplen. Gracias

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