Si algo tenemos claro es que, el valor añadido de Ryanair es que es “low cost”. Con la llegada de este tipo de compañías se democratizaron los vuelos, que dejaron de ser sólo para unos pocos privilegiados para convertirse en un medio de transporte más que te llevaba a muchos sitios por menos.
¿Y cómo lo ha hecho esta compañía Irlandesa? Básicamente jodiendo al cliente que, como sabe que no va a encontrar billete más barato, se deja putear por dinero y porque sus vuelos no suelen ser largos, es soportable, piensan. Y ¿Cuáles son las fórmulas más jodidas y rentables a la vez del gigante?
- Una de las últimas es un cachondeo. Si quieres que tu compañer@ de viaje vaya en un asiento junto al tuyo tienes que pagar un extra. Y claro, en ese morbo humano de intentar ahorrar al máximo, dejas que el sistema elija al azar para intentar luego hacer el cambio dentro del avión. Lo que no esperas es que habrá al menos 60 pasajeros como tú. Finalmente, la aerolínea conseguirá que todos paguemos el extra, como consiguió que dejásemos los por si acasos de las maletas para llevar lo necesario, no facturar, llevarlo todo en el equipaje de mano y que costase más barato.
- Por 5€ más vuelas prioritario. Quien lo paga se siente el rey pero de naipes, poco más. Te da opción a entrar antes en el avión y a poder meter tu maleta de mano en la cabina. Las otras van facturadas sin facturar ahora. Todo para ahorrar el tiempo que se invertía antes dentro del avión en encajar las maletas y luego sacarlas. Tiempo es igual a dinero y sus aviones deben estar volando. A ti que te den esperando a que salga la maleta por la cinta. Pero qué más da, es otro tipo de precio que pagamos por viajar barato.
- Si tienes rodillas largas estás perdid@. Para que en el avión entrasen más pasajeros y optimizar más los vuelos para ganar más dineros viajamos en una caja de cerillas. Es más, Su fundador Tony Ryan, está seguro de que, si dejara atrás espacios para ir de pie que fuesen más baratos, serían los primeros asientos que se venderían. Así somos de peseteros.
- Bajamos por las escaleras. Nada de glamurosos túneles y autobuses que te llevan al avión. Es un lujo del que, claro, puedes prescindir, aunque llueva chuzos y te pongas pipando. Cuestión de prioridades y ahorro…
- Mientras navegas por su web para comprar el billete te saltan mil opciones de publicidad: habitaciones de hotel, alquiler de coches, entradas para espectáculos e incluso artículos de lujo con grandes descuentos. Aprovechan su tráfico para cobrarles a otras empresas y poder abaratar el coste del vuelo. Eso sí, todo enturbia la usabilidad de la página y hace más complicado el proceso de compra del billete.
Leer esto nos hace caer en la cuenta de que, aunque surgieron como low cost, como cualquier otra empresa, debe reinventarse continuamente. Cuando comenzaron tenían un trozo gigante del pastel de usuarios puesto que era un lujo viajar. Y, ante la proliferación de más compañías de bajo coste que mejoran el servicio a sus clientes y les tratan mejor, ellos siguen prefiriendo el trocito de pastel al que no le importa sacrificar un poco de nata por viajar más barato. Al fin y al cabo qué más da, tienen lo más importante, un mercado amplio cuya prioridad es viajar barato aunque sacrifiquen comodidades. Y bueno, que ningún imperio es para siempre, hasta Ryanair se reinventa ¿No lo vas a hacer tú que tienes una PYME?