En serio, por activa y por pasiva… estoy cansada de explicarlo ya pero se me ha ocurrido una novedad: comparar las redes con el sexo para que las entiendas más allá del funcionamiento técnico, la estética o el algoritmo…
Y sí, voy a comparar una cosa con la otra porque tienen muuuucho que ver por demasiadas razones y creo que esta fórmula de verlo te hará reflexionar.
Te pongo en situación: Imagínate una conversación de cama tras un polvo terrorífico:
1.- ¿Por qué no funciona?
-Cariño, no entiendo tu cara, han sido tres en una hora, uno detrás de otro.
-Lo prefiero más pausado, con más mimo, más pasión, que me des cariño antes y no entrar a saco. Además… ¿qué más da el número?
Conclusión: No es la cantidad, es la calidad. Para qué quieres tantos seguidores si ninguno siente nada por ti. Lo bueno necesita su tiempo. Las redes y los polvos también.
2.- ¿Y lo que yo siento?
-¡Que me voy eh! Pufff, polvazo, ¡Qué bien me lo he pasado!
-¿Me estás viendo mi cara de póker? ¿y a mí cuándo me toca?
-¿Pero no te ha gustado?
-Obsérvame, pregúntame qué me gusta, descúbreme y así siempre querré ver más y más. Esto es cosa de dos…
Conclusión: Si solo te interesa en que sean muchos seguidores para el placer de tu ego, pero no te importa un pepino cómo se sienten, qué necesitan y sobre todo qué puedes aportarles… acabarán yéndose a otra cama, en tu caso, a la competencia.
3.- ¡Uno rapidito!
-¡Cómo te sienta ese pantalón! ¡Ven!
-No, no, que no me he depilado.
-¿Y qué más da?
-Es que quiero que sea perfecto
-La libido a tomar por culo.
Conclusión: No esperes a tener la foto perfecta, el feed perfecto o la mejor luz para el vídeo. Hay momentos que son emocionantes por la espontaneidad y lo perfecto, es justo eso un rapidito en tus redes está genial, en el sexo #notedigoná.
¿Qué te ha parecido? ¿Estás de acuerdo? ¿Me dices alguna similitud más? ¡Te leo!
